La inteligencia artificial hace posible entrenar robots a bajo costo para realizar tareas que antes podían realizar máquinas diez veces más caras. Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon tomaron un perro robótico estándar y lo modificaron con un brazo robótico para recoger objetos y presionar botones. Sin embargo, hacer que los brazos funcionen a la perfección con las piernas generalmente requiere una tecnología mucho más sofisticada y una programación humana intensiva. En cambio, se utilizó inteligencia artificial para enseñar al robot a operar con éxito a pesar de una cantidad limitada de sensores integrados. Este trabajo podría allanar el camino para sistemas complejos más asequibles en el futuro.
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