Las grandes IA pueden tener un impacto ambiental significativo porque dependen de miles de servidores informáticos que consumen mucha energía alojados en enormes centros de datos. Pero el daño ambiental podría reducirse distribuyendo mejor las demandas a los diferentes lugares.
Dichos algoritmos de programación podrían aliviar la carga de trabajo de IA en los centros de datos de Arizona durante las sequías de verano para reducir la refrigeración por agua. También podría, en teoría, fomentar una región de centros de datos en Finlandia donde el 94% de la energía utilizada esté libre de carbono…
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