Las bacterias del roble podrían ayudar a tratar elementos de tierras raras

Una proteína bacteriana que se encuentra en los brotes de roble inglés podría usarse para procesar de manera más eficiente los elementos de tierras raras necesarios para diferentes tecnologías.

Los elementos de tierras raras se utilizan en productos como pantallas de teléfonos inteligentes y televisores, motores de vehículos eléctricos y turbinas eólicas. Los depósitos naturales de estos elementos se pueden encontrar y extraer en varios países. Pero las instalaciones de separación industrial necesarias para procesarlos utilizan un método de uso intensivo de energía que normalmente requiere cientos de pasos y utiliza muchos productos químicos tóxicos, algo que podría simplificarse con atajos naturales proporcionados por cierta familia de bacterias.

Joseph Cotruvo Jr. de la Universidad Estatal de Pensilvania y sus colegas descubrieron que la bacteria Quercus de Hansschlegelia contiene una proteína que puede ayudar a diferenciar entre tipos más ligeros y más pesados ​​de elementos de tierras raras. Aislaron la bacteria de los brotes de roble inglés mientras examinaban cientos de estas proteínas bacterianas.

El equipo descubrió que si la proteína bacteriana se une a un elemento de tierras raras más ligero, es más probable que también se una a otra unidad de sí mismo. Si la proteína se une a un elemento de tierra rara más pesado, es más probable que siga siendo única.

Este descubrimiento permitió a los investigadores mostrar cómo la proteína puede ayudar a separar el neodimio y el disprosio, tierras raras ligeras y pesadas utilizadas respectivamente en imanes permanentes, en un solo paso químico a temperatura ambiente sin el uso de productos químicos tóxicos.

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Este enfoque podría ayudar a lidiar con elementos de tierras raras que se extrajeron del suelo o se recuperaron de productos tecnológicos reciclados.

El trabajo es un enfoque de ‘prueba de concepto’ que aún enfrenta desafíos importantes para poder procesar elementos de tierras raras a gran escala industrial, dice Jason Love de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido. «Un problema importante con el enfoque bioquímico es ‘fabricar’ suficientes proteínas para poder realizar estas separaciones a gran escala».