Para que los teléfonos inteligentes sean sostenibles, debemos repensar la termodinámica.

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rap content__strap«>Los centros de datos que sirven a nuestros queridos dispositivos digitales consumen grandes cantidades de electricidad. Una nueva forma de pensar sobre el calor y la energía podría ayudarnos a satisfacer la creciente demanda sin quemar los recursos del mundo


La tecnologia


11 de marzo de 2020

Por Edd gent

Imagen predeterminada del nuevo científico.

El mundo moderno se está ahogando en datos. En 1984, el tráfico naciente global de Internet ascendió a 15 gigabytes por mes. Para 2014, se había convertido en el tráfico promedio por usuario. En 2019, cada uno de nosotros grabó tantos datos en poco más de una semana. Las válvulas tampoco muestran signos de cierre. A medida que miles de millones de nuevos usuarios se conectan y cada vez más dispositivos se conectan a la Web, se espera que la cantidad de datos en el mundo alcance los 175 zettabytes (10).21 bytes) para 2025: más de tres veces la producción de la humanidad hasta la fecha.

El procesamiento de estos océanos de datos requiere una gran infraestructura, que se extiende más allá de los teléfonos inteligentes y las computadoras personales a millones de centros de datos intensivos en datos en todo el mundo. Este zumbido combinado ya usa el 6% de la electricidad del mundo, una factura de energía que se espera que se duplique para 2030, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad de nuestros hábitos digitales.

Durante décadas, las mejoras tecnológicas han mantenido a raya las crecientes aguas, permitiendo que los equipos se vuelvan más pequeños, más rápidos y más eficientes energéticamente. Pero los chips de silicio en los que confiamos están comenzando a alcanzar límites físicos, amenazando con dejarnos una factura de energía que no podemos pagar.

Una gran cantidad de tecnologías alternativas compiten para continuar la tendencia al alza en el poder de procesamiento, pero la mayoría todavía languidecen en el banco de laboratorio. Es por eso que un número cada vez mayor de investigadores está pidiendo algo más transformador: una revisión completa de la termodinámica que subyace a la informática. Si la idea gana terreno, podría revolucionar el diseño de la computadora, permitir que los procesadores se vuelvan más potentes sin grandes demandas de energía adicional y tranquilizar a nuestro …

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